Semana Santa de Alhama de Murcia

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Pregón 2016

 “Porque Cristo, nuestro hermano ha resucitado, María , alégrate!

Si somos hermanos en Cristo, permitidme que me salte el protocolo humano, y comience , como cristiano con un:

Hermanos y Hermanas,

Y como pastor con un:

Queridos hijos e hijas,

Es para mí , como párroco de una de las Parroquias de Alhama de Murcia, más concretamente de la Iglesia de arriba, la del cura Pepe, la Concepción, una gran alegría y al mismo tiempo una gran responsabilidad, el anunciar la Semana Santa Alhameña, alegría porque tengo la oportunidad de dar una vez más testimonio de mi fe, responsabilidad porque pretendo que este testimonio os llegue y os haga reflexionar sobre algo tan hermoso que tenemos entre manos. Agradecer a la junta de cofradías y a su consiliario D. José Prior el acordarse de este pobre cura y espero poder llegar a vuestros corazones con éste sencillo pregón.

Este año estará marcado por la misericordia , en un año de júbilo que proclamado por el Papa Francisco y desde la misericordia de Dios, nos abre al inmenso misterio del amor divino y, desde las obras de la misericordia, procurando comunicaros el ser misericordiosos como nuestro padre del cielo es misericordioso e intentando que entendáis que la misericordia divina se alcanza siendo misericordiosos , caminaré por las líneas y estrofas de este pregón.

Cuando la primavera despierta bostezando de su sueño invernal, cuando Sierra Espuña se viste con las primeras flores y el tomillo y los romeros invaden con su fragancia cada rincón de esta sierra murciana y alhameña, cuando la ciudad y la huerta se perfuman de azahar se acercan los días santos de nuestra fe, la semana grande, la semana santa. Y en estos días comienza a hacerse realidad el trabajo que durante un año han llevado a cabo las cofradías y hermandades de esta hermosa villa.

Sí, la semana grande, la Semana con mayúscula en la que celebraremos la pasión, muerte y resurrección del Hijo de Dios, un Dios que nos amó y nos ama tanto que decidió hacerse hombre y entregar su vida en la cruz por nuestra salvación.

La Semana Grande, más grande que la feria de San Isidro o la feria de Abril, más que la final de la Champion, más que los hoteles de playa o las pistas de esquí, más que cualquier manifestación popular, .. es la Semana de la Pasión, son los días en que los cristianos conmemoramos y actualizamos los grandes misterios de nuestra fe.

Una semana que en Alhama no es de siete días sino de once, desde el jueves víspera del Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección.

Días en que las calles de Alhama se llenarán de tronos, flores, estandartes, túnicas nazarenas, bandas de música, armaos e imágenes de gran belleza, todo para anunciar y proclamar ante el mundo las maravillas que , desde su infinita misericordia, Dios ha hecho por nosotros.

El jueves por la noche acompañaremos a la Madre, nos acercaremos a su casa, a la sede de la hermandad de la Santísima Virgen de los Dolores y de la Soledad, la casa de los negros en la rambla D. Diego y la felicitaremos, nos alegraremos con ella, su hijo la visitará un año más y hasta bailará con ella, una noche de alegría, de júbilo, es el día que abre la Semana Santa y lo hacemos con música, cantos, poesía, danza… que distinto a lo que la historia nos tiene preparado para los días siguientes.

El viernes, la alegría se torna en dolor, y la Madre, desde la Iglesia de San Lázaro, sola pero acompañada de cientos de hijos alhameños saldrá a la calle con sus brazos abiertos y sus ojos clavados en el cielo, paseará su dolor por nuestras calles y nos dirá una vez más, mis brazos están , como los de mi hijo en la cruz, abiertos, para acogeros a todos, mi mirada está puesta en el cielo para deciros que ese es nuestro lugar, el mío y el de todos mis hijos y que desde allí, es desde donde recibo el consuelo para mi dolor y que es desde allí desde donde recibiréis las mejores gracias, las mayores alegrías , las más plenas bendiciones y desde donde os viene la salvación.

Mirando la imagen de la Virgen, nadando en sus ojos, no puedo por menos que traer a mi mente unos sencillos pero bellos sonetos:

“Ahí tienes a mi madre. Una espada

cruel la dejó maltrecha y malherida.

Mírala dolorosa y afligida,

sola, junto a mi triste cruz, plantada.

Ahí tienes a mi madre Inmaculada.

Mírala al pie del árbol de la vida,

por la muerte, la noche ni la nada.

Te doy aquella a quien yo más quería,

a quien es mi pan y paño de agonía.

Mira su corazón: es ya tu casa abierta y encendida:

¡entra y pasa! Ahí tienes a tu madre y madre mía.

Mírala . Es nuestra madre y, es María.

 

Y cuando acabe su recorrido por nuestros barrios, regresará a su casa entre la música, los vítores y los piropos de sus hijos los negros que al son de guapa, guapa y guapa y con la alegría del trabajo bien hecho la llevan de regreso a su sede.

El domingo las calles de Alhama de teñirán por dos veces de rojo, por la mañana acompañaremos al Señor en su entrada triunfal a Jerusalén en un traslado solemne desde la iglesia de la Concepción hasta la de San Lázaro, con nuestras palmas y cantos recordaremos aquél primer Domingo de Ramos en que recibieron a Jesús al grito de “bendito el que viene en nombre del Señor”, nosotros también creemos esto y lo acompañamos con nuestros ramos y meditamos ya desde hoy su pasión, centrándonos así en lo que va a suceder los próximos días.

Y por la tarde el colorao regresa a las calles , sale la procesión de la borrica, de manos de la hermandad de la Santa Mujer Verónica, para que todo lo que hemos celebrado por la mañana, podamos ahora meditarlo y contemplarlo en imágenes, el evangelio de la mañana se hace procesión por la tarde y los coloraos sacan su desfile procesional hasta la ermita del Barrio de los Dolores, es un día festivo, un día alegre, ahí están la despedida, Jesús y los niños, entrada triunfante de Jesús , María en su Dulce Nombre, una procesión llena de niños que inundan las calles con sus risas y sus va y vienes, un día donde la tristeza no tiene cabida , un día para regocijarnos de un Dios que quiso hacerse hombre y que ahora lo aclamamos como rey.

La alegría del domingo se torna tristeza el lunes, los moraos, la archicofradía de Nuestro Padre Jesús, hacen su entrada con la representación del prendimiento de Jesús, seriedad, sobriedad, poca luz y mucho sentimiento como reclama lo que estamos celebrando, Jesús traicionado por uno de los suyos es entregado en manos de los hombres, unas manos desagradecidas, envidiosas y que tienen otros intereses que no su salvación. Judas se acercará a Jesús, ya habría dicho aquel a quien yo bese ese es, y Judas besa a Jesús, y éste le contesta con la que podría ser la tercera obra de misericordia espiritual, corregir al que está en el error. “Judas, con un beso entregas al Hijo del Hombre?”. Si ya es duro y doloroso que uno de los tuyos te entregue aún lo es más que lo haga con el beso de la paz, por eso Jesús le corregirá, y es que no se puede hacer el mal con un gesto que conlleva amor.

Y llega el martes santo , mientras los sacerdotes estamos en la Santa Iglesia Catedral participando en la Misa Crismal , bendiciendo y consagrando los santos oleos que durante este año se usarán para bautizar, confirmar, ordenar diáconos, curas y obispos, consagrar altares e iglesias, ungir enfermos… las cofradías alhameñas están preparando la primera procesión general, la de Jesús prendido, asistiremos a una presentación pública de los personajes que llevarán a cabo la dramatización de la historia que recordamos, Jesús, Pedro, María Magdalena, Juan y la Virgen María, son los personajes principales de esta obra, el resto de días se nos irán presentando los personajes secundarios y los extras de ésta hermosa producción .

Avanzamos un día y llegamos al miércoles, es el día azul, el día de la cofradía de Santa María Magdalena, túnicas azules y mantos blancos llenarán nuestras calles en este día, solo tres pasos , pero de una gran belleza, Jesús es ungido en Betania, nos adelanta la unción de su cuerpo para el sepulcro, y aquí frente a la imagen de Jesús en Betania , en la casa de Lázaro, Marta y María, lugar en que era acogido hacemos mención de tercera obra de misericordia corporal, dar posada al necesitado, eso los hermanos de Betania lo sabían hacer muy bien, no sólo acogían a Jesús sino a todo aquellos que se acercaban a su casa con él, y Marta se multiplicaba con el servicio, mientras María habiendo escogido la mejor parte, escuchaba a Jesús. Después le acompañaremos en su agonía en el huerto de los olivos y en ese momento yo quisiera ser ángel consolador, no el que le da el cáliz de la pasión, sino el que le abra la puerta del sepulcro, y una vez más Jesús se entregará en manos del Padre y hará suya la letra de ese canto que tantas veces he cantado y tanto me conmueve:

“ en esta noche de olivos,

desierto de soledad,

solo una cosa te pido,

se cumpla tu voluntad”

“siento que llega la hora,

mis labios deben callar,

solo hablaré con mi cuerpo,

quien mire comprenderá”,

y esa voluntad del padre, todos la conocemos, que entregue su vida en la cruz por la salvación de las almas. Hay que aceptar la misión , suda sangre, pide que aparte de él ese cáliz, pero su amor al Padre y a los hombres es tan grande, brota tanta misericordia de él hacia la humanidad, es tal su obediencia al plan salvífico de Dios, que tras la angustia inicial , se dejará caer confiadamente en manos de su Padre: pero que no se haga lo que yo quiero sino lo que tú quieres..

Jueves santo, preparamos el monumento en las iglesias, ultimamos los preparativos para la celebración de la Cena del Señor, un día grande donde los haya, Jesús instituye la Eucaristía, es el día sacerdotal por excelencia, día en el que Jesús nos da el sacramento del orden con ese: “Haced esto en memoria mía”. La iglesia se viste de blanco, de flor, de música y la solemnidad del día se hace patente cuidando cada uno de los signos, desde el canto, pasando por el lavatorio de pies, en la consagración , momento culminante de la celebración y la posterior reserva de forma solemne , del Santísimo en el sagrario colocado en el monumento.

Un día en el que hacemos doblete, por la tarde los moraos sacarán a la calle la representación de la Ultima Cena, lo que celebramos en los templos, lo vemos en imágenes en la calle, ayudándonos así a entender mejor este misterio. Y Cristo se hace muy presente en esta procesión, siendo el protagonista de siete de los ocho pasos que la componen y ya vemos aquí la primera actriz secundaria, la samaritana, junto al pozo manteniendo una conversación profunda con Jesús 

“«Si conocieras el don de Dios,

y quién es el que te dice:

Dame de beber,

tú le habrías pedido a él,

y él te habría dado agua viva.»

Y es el momento de que entren en escena dos nuevas obras de misericordia, la primera y la segunda corporales, dar de comer al hambriento, Jesús lo hizo con los hambrientos de Dios, de salvación, de justicia y les dio a comer pan que sería su propio cuerpo entregado por nosotros y dar de beber al sediento, eso hizo la samaritana cuando Jesús le pidió agua y Él le ofreció un agua viva, un agua nueva que le llevaría a la vida eterna, dos sedientos saciados junto a un pozo, dos aguas muy diferentes pero igualmente necesarias, el agua que sostiene la vida terrena y el agua de la vida eterna.

Y como siempre omnipresente en cada una de las procesiones … la Madre, acompañando a su hijo en cada momento, ya sea de dolor o de alegría, y la Virgen de la Amargura cierra el cortejo de esta tarde llevando a sus hijos los moraos hasta su sede, desde donde al día siguiente regresarán, junto con las otras hermandades y cofradías, con una nueva puesta en escena que a todos nos conmoverá, será el Viernes Santo.

Pero antes, en la noche del jueves, empezamos con la hora santa, velando al Señor en el monumento, compartiendo su angustia en el Huerto de los Olivos, esperando ser traicionado y apresado, vislumbrado ya los primeros pasos de su Pasión, los discípulos no pudieron velar ni siquiera una hora, ¿y nosotros? ¿Podremos velar con él? , ¿estar junto a él en estos momentos de dolor , de abandono , de soledad y de terror? y la puerta de la Concepción se llena de túnicas blancas y mantos rojos, es el día de los blancos, procesiona en solitario la hermandad de San Juan, la procesión del silencio, veremos cómo Judas entrega con un beso a aquél al que ha seguido durante tres años y que le ha abierto su corazón, Jesús como Ecce Homo será presentado al pueblo, vestido con un manto, una caña y una corona de espinas, ¿podríamos relacionarlo con la cuarta obra de misericordia corporal?, ¿vestir al desnudo? Sí, es verdad, que lo hicieron para burlarse de él, pero al menos lo vistieron y detrás de él los actores secundarios de este capítulo y los extras, mirando con desprecio a quien es el Mesías , el Salvador, sí Pilatos, lávate las manos una vez más, no tomes partido , haz ojos ciegos ante la injusticia y entrega al justo a la muerte, es preferible llevarse bien con el pueblo y con las alianzas que hacer justicia. 

Me habría gustado entrar en tu corazón para saber cómo viviste la resurrección, me habría gustado poder entrar en tu corazón para saber que sentiste cuando descubriste que entregaste a la muerte al Hijo de Dios, si es que tu ceguera te dejó descubrir ese misterio, espero que aprendieras la lección, “¿a mí no me hablas? ¿no sabes que tengo poder para soltarte y poder para entregarte? Le dijiste , “Y Jesús te respondió con la primera obra de misericordia espiritual, enseñar al que no sabe,” no tendrías ningún poder sobre mí, sino te lo hubieran dado desde lo alto, así que el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor”.

El Cristo del Rescate, tan querido en este pueblo hace su aparición en escena y acompañado por promesas que piden por la salud de sus enfermos, por el trabajo de sus hijos, por la dignidad de sus familias .. empieza a desfilar por la rambla Don Diego buscando la Avenida, aquí me viene al a memoria aquella saeta que dice:

Azotado y escupido,

tu rostro abofeteado,

tus cabellos estirados,

por el suelo distendido.

La corona del Señor

no es de rosas ni laureles;

que está tejida de espinas

que le traspasan las sienes.

Denedrido y afeado

causaba dolor el verle;

su cuerpo todo llagado,

llena de espinas su frente

su rostro acardenalado.”

 y cerrando el cortejo del silencio , no podría ser otra que la Madre de nuevo, en esta ocasión la Virgen de la Esperanza , derramando su manto verde sobre sus hijos los blancos, a los que cubre con su maternal amor, y desde ahí, cubre a cada uno de los alhameños que han salido a la calle esta noche para ver como Cristo es conducido a prisión para mañana entregar su vida en un acto de amor sin fronteras, sin condiciones, sin mayor interés que el bien del pueblo de Dios, buscando sólo la salvación de su creación.

El Viernes amanecemos en la Plaza de la Concepción, justo donde acabamos la noche anterior, y lo hacemos para representar ese encuentro de la Madre con el Hijo en la calle de la Amargura, camino del Calvario, pero Jesús y María no estarán solos, le acompañarán los titulares de las demás cofradías y hermandades así por la rambla D. Diego, por la calle Moreras, por Acequia Espuña, irán apareciendo los distintos personajes San Juan, María Magdalena y La Verónica y viviremos desde la reflexión ese momento de dolor vivido por la Madre junto a su Hijo, y conoceremos los sentimientos de los testigos de excepción, esas dos mujeres y ese hombre que sin temor se acercaron a acompañar a Jesús e intentaron paliar su sufrimiento y a Verónica le hará un gran regalo y por ella a toda la humanidad, nos dejara su cara impresa en sangre en el lienzo con el que la santa mujer secó su sudor y su sangre intentando paliar un poco su sufrimiento. 

En ese camino hacia el calvario, Jesús se encontrara con las mujeres de Jerusalén que lloran a su paso, Jesús las mirará con cariño y les dará un buen consejo , segunda obra de misericordia espiritual, dar buen consejo al que lo necesita, “mujeres de Jerusalén, no llorad por mí , llorad más bien por vuestras hijas, porque si esto hacen con el leño verde, qué no harán con el seco?”

Viendo al Cristo caído, recuerdo con cariño aquellos versos de la séptima estación del vía crucis lorquino:

“es tan grande tu pecado

y la malicia que encierra,

que el mismo Dios en la tierra

segunda vez ha postrado.

Una cruz pesada oprime,

cristiano, a tu redentor

y con ansia de dolor

bajo de tal peso gime.

Otra vez , dice el Señor,

me encuentro en tierra caído;

¿no hay consuelo a un afligido?

Responde a tu Salvador.

 

Por la tarde , las Parroquias se visten de rojo, celebramos los oficios de la Pasión y Muerte del Señor, una liturgia sobria, casi sin fuste que nos da a entender el vacío de este día en el que Cristo está muerto, en el sepulcro, no hay Eucaristía, comulgaremos lo consagrado el día anterior y reservado en el Sagrario y la atención la pondremos en la liturgia de la palabra, en la lectura de la pasión del Señor, y también con la veneración de la cruz, “donde estuvo clavada la salvación del mundo” y junto con toda la Iglesia recitaremos el himno de la liturgia de las horas:

¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza!

Jamás el bosque dio mejor tributo

en hoja, en flor y en fruto.

¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza

con un peso tan dulce en su corteza!

Veremos a Jesús preso, negado por Pedro, interrogado por Pilato, entregado al pueblo, crucificado, muerto y enterrado, y aquí podemos relacionar otras obras de misericordia con los acontecimientos que están sucediendo , a pesar de que Pedro niega a Jesús , le acompaña al lugar de su presidio, intenta socorrer al preso (sexta obra de misericordia corporal), sus miradas se cruzan y Pedro llora. Y Jesús sufrirá con paciencia los defectos de los demás (sexta obra de misericordia espiritual), los defectos de Pedro, los de Pilato, los de los componentes del Sanedrín, los del pueblo…

Y entrada la noche , procesión general, la del Santo Entierro, donde todas cofradías y hermandades saldrán nuevamente a nuestras calles , ofreciéndonos una gran catequesis visual de lo que aconteció aquella primavera del año 30 , en el que los hombres matamos a Dios, a un Dios que entregó su vida libremente por amor, para librarnos del pecado y de la muerte, para abrirnos las puertas de su Reino. Una procesión seria que recorriendo la calles de mayor solera de nuestra villa irá avanzando a paso lento pero firme para regresar al punto desde donde partió, la iglesia de San Lázaro, es una procesión para contemplar en silencio, para meditar cada uno de los pasos que se cruzaran con nosotros, es un día para dar gracias a Dios por todo cuanto nos ha dado, comenzando por la entrega de su propia vida en la cruz, es un día de oración y de acción de gracias por su inmenso amor a hacia nosotros, por su infinita misericordia, es un día para elevar los ojos al crucificado y recitar desde el corazón con el salmista “misericordia Señor, hemos pecado” . Al final, cerrando la procesión , la Madre, y te mira a ti, se dirige a ti, que has perdido a tu hijo o hija y estás en la mayor de las tristezas, a ti que has visto como la vida de tu marido o mujer se apagaba y te encuentras con la soledad del corazón y el dolor de la separación, a ti que sufres no importa cuál sea la causa, María te dice yo también he perdido a mi hijo, he visto como el inocente era martirizado y crucificado , he vivido en mis propias carnes la muerte del Hijo de Dios, de mi hijo, sé lo que es el dolor de una madre, conozco el dolor humano ante la muerte y por eso puedo ayudarte, ven a mí, acude a mí, pide mi ayuda y yo te consolaré y animaré tu esperanza, María nos presenta la quinta obra de misericordia, consolar al triste, a todos aquellos afectados por la tristeza y el sufrimiento, María nos pone el remedio, llevándonos de la mano hacia su hijo Jesucristo, él que es camino , verdad y vida.

“Estoy aquí, clavado en un madero,

firmemente por ti crucificado,

donde me hundió la historia de un pecado

y me encumbró lo mucho que te quiero.

Fiera de amor y de dolor tan fiero,

reo soy, reducido y amarrado;

mas libre el corazón, enamorcado

en esta cruz, en que de amor me muero.

Todo un Dios por ti yace inerte, yerto.

He tronchado los ramos de alhelí,

sin sangre están las rosas de mi huerto.

Me he dejado morir he dicho “sí”.

Soy, un amor crucificado, muerto.

¿qué más podría hacer tu Dios por ti?

 

Siempre me ha emocionado este soneto, y quería compartirlo con vosotros.

Acabada la procesión , los moraos cumplirán , un año más, al igual que los discípulos de Jesús, con la séptima obra de misericordia corporal, enterrar a los muertos, y en un traslado solemne , llevarán la imagen del yacente hasta la ermita del Calvario, donde quedará depositada como recreación del entierro de Jesús en el Santo Sepulcro.

El sábado es el gran día para los cristianos , en esta noche, en la madrugada del sábado al domingo tendrá lugar la celebración de la Vigilia Pascual, la Celebración más importante del año, y a la que ningún cristiano debería faltar, los restantes domingos del año beberán de esta celebración, se hará presente el anuncio con el pregón pascual, la luz con el cirio pascual y el fuego, el agua con la bendición del agua bautismal, la palabra con una liturgia extensa en la que recorreremos toda la historia de nuestra salvación, la oración de los fieles, la consagración del pan y del vino, Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo que se entrega nuevamente por nosotros, suenan las campanas se encienden las luces, el templo de inunda de luz y música, el incienso y la flor perfuman el ambiente y un grito unánime: Cristo ha resucitado, resucitemos con él. Aleluya. Es la Pascua del Señor Jesús, el crucificado ha resucitado, Dios lo ha justificado y lo ha puesto en su lugar como Señor de vivos y muertos, como Señor de la historia , desde ese día el mundo ya no será igual, todo cambiará y la fe en Cristo resucitado empapara todas las culturas y naciones dando lugar al mundo que conocemos.

Pero antes, por la tarde, los moraos desde la calle Hospicio desfilarán con sus siete palabras, una procesión hermosa, llena de significado, donde podremos meditar viendo y leyendo cada una de las palabras de Jesús en la cruz , tendrá sed, nos entregará a su madre, perdonará a los que le están matando, prometerá el paraíso al buen ladrón, se entregará en manos del Padre y así hasta siete palabras…. Es el paso del Señor de la Vida a la muerte, y lo hace con coherencia a lo que ha predicado y vivido, con la confianza puesta en el Padre y con la entrega total por su parte. Y como no, María cierra el cortejo acompañando a su hijo ya yacente hacia el sepulcro, vemos a una María sencilla, afligida, orante.. acompañémosla con nuestro cariño y con nuestra oración y hagamos nuestros sus sentimientos de dolor por la pérdida del Hijo, comprendámosla y ojala seamos capaces, al igual que ella , de guardar los malos momentos meditándolos en nuestro corazón y llevar hasta el final ese fiat, ese sí : “aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”, que esa sea también nuestra actitud, asumiendo y aceptando todo lo que el Señor nos da. Y hoy nos da grandes lecciones, en el Calvario miraremos hacia la cuarta obra de misericordia espiritual, perdonar las injurias, Jesús lo hace de forma sublime cuando desde la cruz exclama, “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”, su amor es tan grande y tan misericordioso que le lleva incluso a perdonar a aquellos que le están haciendo sufrir lo indecible, a los que se han burlado de él y a los que le están arrebatando la vida de la forma más cruel que existía en su tiempo.

Evocando ese bosque de cruces que esperan a desfilar, todas formadas en la calle Hospicio , traigo a mi memoria un soneto que dice:

“Yo soy Jesús, a quien tu crucificas.

Jesús de Nazaret, el Nazareno

no acaba de morir, mucho hombre bueno

muere en la mala sangre que salpicas.

Di la verdad, a ver si me la explicas.

Desnuda el corazón. ¿ves? ¿no está lleno,

sierpe al acecho; del fatal veneno

con que odias, robas matas y asesinas?

¿Porqué vienes transido, disfrazado

de sayal y en ceniza de tristeza,

moviendo como junco la cabeza?

No derrames más sangre en mis hermanos,

perdona como yo te he perdonado

y eleva luego hasta mi cruz tus manos”

 

Nos quedan en el tintero dos obras de misericordia la quinta corporal , visitar al enfermo, cosa que Jesús hizo muy a menudo en su vida terrenal, visitando y curando y es práctica que el apóstol Santiago nos recomienda en su carta y por último, la séptima espiritual , rogar a Dios por vivos y difuntos, ésta también la supo hacer de forma magistral Jesús, sobretodo en su oración sacerdotal que recoge el evangelio de Juan, búscala, léela, saboréala y disfruta de una oración que al igual que el Padrenuestro ha salido de los labios del Hijo de Dios.

El domingo amanece con alegría desbordante, la plaza de los Patos se llena de alhameños y visitantes que vienen a presenciar la que quizá sea la procesión más representativa de nuestra semana santa, la que nos hace únicos en ese mar de distintas semanas santas a lo largo y ancho de nuestra Diócesis y de nuestro país. La procesión del resucitado, la explosión de la flor, de la música, del gozo, es el día en el que la Iglesia saca el júbilo a la calle, es la resurrección del Señor, es la victoria sobre la muerte, “NO ESTA AQUÍ, HA RESUCITADO”. Es el grito de este día, María Magdalena encuentra el sepulcro vacío y los ángeles le anuncian que su Señor ha resucitado, corre, se lo cuenta a los apóstoles, Pedro y Juan salen corriendo y se encuentran con el gozo y la dicha de ver cumplida la promesa de Jesús que al tercer día resucitaría, ya están deseosos de verlo, y ese mismo día, el primero de la semana Jesús les visitará en el cenáculo.

“¿Qué has visto de camino,

María, en la mañana?

A mi Señor glorioso,

la tumba abandonada,

los ángeles testigos,

sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras

mi amor y mi esperanza!” liturgia de las horas.

El sepulcro se abre, la paloma por fin ha salido y ha volado libre, suenan las palmas, bailan los tronos, la música llena el ambiente, las flores bailan al ritmo de la música y al compás del movimiento de los porta tronos y poniendo el ángel por cabeza , comienza la procesión a subir la cuesta de la calle de la Feria, y al llegar al llano de la Corredera, suenan los piropos, las oraciones, las poesías, los vivas, los vítores. Y los nazarenos que portan sobre su hombros los tronos, cargados de flor, en un alarde de decoración , de equilibrio y de buen gusto, empiezan a bailarlos, a elevarlos, a arrodillarse con ellos a hombros, casi todo vale en este día para demostrar la alegría de la Resurrección, la victoria de nuestro Dios, ellos se dejan en esta mañana hasta el último gramo de sus fuerzas, pero merece la pena, les animamos, les aplaudimos, para que no decaigan y puedan llegar al final de ese largo recorrido con la misma energía y con mayor alegría si cabe que cuando comenzaron horas antes saliendo de sus sedes. Y los niños corretean procesión arriba y abajo repartiendo caramelos , sus más preciados trofeos y se acercan y te dicen ¡hola cura! Y te dejan caer con una gran sonrisa, un caramelo en tus manos, esa sonrisa tiene tanto valor , que solo por una de ellas merece la pena estar al sol en la Corredera esperando ver pasar la procesión, y se alejan con sus risas y sus miradas nerviosas buscando entre los asistentes a familiares, conocidos, amigos y a niños pequeños con los que compartir su dulce regalo.

Y la procesión se aleja, y tras el paso del Resucitado que ya ha llegado a la Rambla , la Corredera se va vaciando , dejando la calle alfombrada de caramelos, de alguna que otra flor que ha saltado de los tronos y de miles de pétalos que los residentes han echado desde sus balcones y ventanas.

Es el Domingo de Resurrección, es el día grande para las cofradías que cierran así once días de trabajo inmenso, de poco descanso y muchas preocupaciones, ahora hay que darlo todo, hay que hacer el broche final de una forma apoteósica, hay que poner la guinda a este pastel que ha costado todo un año cocinar, hay que despedir la semana santa 2016 con el buen sabor de boca y la satisfacción de las cosas bien hechas.

Y hemos llegado al final, acabado el Domingo de Resurrección comienza la cincuentena pascual, haciendo eco de todos estos acontecimientos, esperaremos la venida del Espíritu Santo y los cofrades de esta ciudad empezarán a trabajar para que el próximo año 2017 las procesiones salgan de nuevo a las calles y poder dar una vez más testimonio de la fe, desde la representación gráfica de los misterios centrales de nuestra salvación.

Gracias por permanecer ahí sentados a la escucha, gracias cofrades por vuestra dedicación y entrega al servicio del evangelio, gracias hermanos por hacer grande la Semana Santa alhameña.

Os emplazo a todos a dar testimonio de nuestra fe, llenando las iglesias en el Triduo Pascual y abarrotando las calles en cada una de las procesiones, hoy más que nunca se hace necesario mostrar al mundo que la fe es importante, que somos millones de españoles los que encontramos consuelo, esperanza y fortaleza en Cristo, que queremos compartir este tesoro de gloria, con todos aquellos que están dispuestos como María a decir sí. Que queremos dar al mundo una nueva luz, la luz que emana de la vida, de la verdad, de la justicia, de la paz, de la gracia , del amor, es decir de la luz que emana de Cristo Jesús e ilumina al mundo dándole un nuevo color. Queremos proclamar a los cuatro vientos que merece la pena seguir a Cristo , que es más actual que nunca y que no nos escondemos ni nos avergonzamos de nuestro mayor tesoro, la fe en un Dios que es amor , en un Dios tan misericordioso que no sólo nos permite llamarle Padre, sino que además se entregó por nosotros y por nuestra salvación.

Hermanos caminemos unidos a la luz de Cristo.

¡Cristo ha resucitado, resucitemos con él ¡ ¡aleluya¡

Viva la Semana Santa alhameña, viva la Villa de Alhama y que vivan los alhameños.

Francisco Valero
Párroco de la Concepción

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